¡Centro Popular Afrodescendiente!

Muchos pensarían que es una casa para armar un proyecto; otros la vemos como un proyecto que se hace visible en una casa. Estos dos sentidos, dibujan la aspiración a convertir el Centro Popular Afrodescendiente en un espacio en el que, reivindicando el carácter popular de los procesos sociales y políticos y, contrario al solipsismo y la habitual promoción de la fragmentación, un conjunto de organizaciones activas confluyen para afianzar la pertenencia afrodescendiente como fundamento de la acción movilizatoria en y desde Medellín.

Pese a que no deja de resultar compleja la definición de lo popular hoy, cuando los discursos sociales se centran en el desdibujamiento de conceptos identitarios; recurrir a tal categoría antes que un límite constituye una posibilidad para la producción de pensamiento emancipatorio al adentrarnos en la segunda década del milenio huérfano en el que nos encontramos, falto de ideas, nostálgico y evanescente; urgido de propuestas y alternativas posibles. El pueblo, esa vieja categoría tan republicana como socialista, no es simplemente la suma indeterminada de todos los individuos, ni la expresión de una gelatinosa voluntad general. Para nosotros, las y los afrodescendientes, pueblo es lo que somos.

Recordando un hermoso folleto de Clodovis Boff (¿Cómo trabajar con el pueblo?), resulta posible hacer consciente que las categorías de pueblo y popular han tenido en América del Sur una fuerza y un dinamismo mayúsculo comparado con su uso marginal y casi indecoroso en las tradiciones teóricas extranjeras. Así, mientras en las concepciones educativas, organizativas y movilizatorias situadas, emancipatorias y liberadoras gestadas en estas latitudes, el pueblo es un sujeto cuya experiencia vivida constituye el fundamento de la acción política transformadora; en los moldes europeos el pueblo es una entidad abstracta, falta de contenido real, consignada en códigos que lo hacen manifiesto, digerible solamente bajo la categoría del 'público' con la que se lo presenta.

De ahí que al asumir la categoría de popular, el centro que se inaugurará en Medellín deja clara la intencionalidad emancipatoria con la que se emprenden las acciones y propuestas sociales que la naciente corporación Cumbé, la floreciente Corporación Carabantú, la muy consolidada Red Nacional de Mujeres Kambirí, y el ya casi mítico Proceso de Comunidades Negras, PCN, tienen para confluir en un proyecto asociativo que se propone superar la existencia de organizaciones de membrete o amañadas al capricho y arbitrio de personalismos, para concretarse en el fortalecimiento de procesos organizativos del pueblo afrodescendiente consistentes en la tarea de marcar el histórico rumbo libertario de resistencia y reexistencia que constituye el legado y la tradición tras la defensa,  reclamo y reivindicación de la africanía ancestral de nuestro pueblo.

En igual sentido, situar la afrodescendencia como eje articulador del centro favorece la comprensión de su trabajo, encaminado a fortalecer los criterios de identificación y las prácticas con las que se evidencia la adscripción a un grupo étnicamente diferenciado, cuyas proclamas, reivindicaciones e idearios responden a la afirmación de la africanía como fundamento de la existencia de comunidades e individuos que, cinco siglos adelante, construyen a partir de tal herencia las cimientes de la sociedad en la que anhelan vivir disfrutando del producto histórico de tal patrimonio, reconfigurado por las vivencias, experiencias y aspiraciones de sus hijos e hijas en América. 

De tal manera, la remisión a la africanía no constituye una demanda esencialista que se reduce a enunciar a África como un discurso fosilizado ni, menos aún, consiente en su universalización acrítica como cuna de la humanidad. La africanía que se reivindica es la articulada en el encuentro libertario de las diferentes naciones y culturas desenraizadas de aquel continente, que más allá de los límites de la esclavización, debieron trazar en América rutas de resistencia y movilización de recursos instaladas en la persistencia de las acciones libertarias, cimarronas, palenqueras y arrocheladas con las que se construyó y se edifica, aun hoy, la cartografía emancipatoria de la afrodescendencia.

El Centro Popular Afrodescendiente instalado en Medellín se convierte entonces en una rica oportunidad para que en él confluyan comunidades, organizaciones, procesos y liderazgos interesados en robustecer un centro documental dedicado a los estudios de la afrodescendencia, promover la comunicación y cultura popular, apoyar procesos formativos identitarios y construir apuestas transformadoras que rompan con las tradiciones de opresión de las y los afrodescendientes en el país y aspiren a dialogar con procesos articuladores y emancipatorios locales, nacionales y planetarios.

En la alborada del presente año, celebro alborozado esta iniciativa innovadora y fresca al interior del movimiento étnico afrodescendiente en Colombia, a la espera de su pronta y formal inauguración.