sábado, 20 de julio de 2013

Congreso Nacional Afrocolombiano: ¿Qué está en juego en Quibdó?


Temor y temblor enmarcan las emociones y sentimientos en el ambiente étnico nacional, toda vez que, a realizarse en la emblemática ciudad de Quibdó, la convocatoria al Congreso Nacional Afrocolombiano ha ganado una singular importancia; generando una incomparable expectativa en la comunidad afrodescendiente, en la medida en que tal convocatoria constituye un llamado y una oportunidad incomparable para desmontar las prácticas indecorosas con las que se ha fomentado la injerencia indebida del Estado en asuntos centrales del desarrollo autónomo de las comunidades ancestrales y de aquellas que, articuladas en nuevos escenarios de ancestralidad, configuran sus identidades en torno a la común descendencia africana.



Para el gobierno nacional, lo que debería pasar en Quibdó apuntaría a consolidar sus propósitos de contar con un escenario de legitimación de políticas sensibles para la economía nacional y los oligopolios concentrados en la explotación de minerales, la extacción maderera, la bioproducción y la concentración de tierras, cuyos proyectos deben contar con la aquiescencia de los pueblos étnicos como lo han ordenado las altas cortes. El propósito manifiesto por los emisarios estatales evidencia desde ya su interés en controlar y delimitar la agenda del desarrollo social y económico, promoviendo las inveteradas prácticas de bolsillo lleno sobre algunos liderazgos.

Sin embargo, lo que realmente está en juego en Quibdó es la existencia del pueblo afrocolombiano y su capacidad para convocarse, determinarse y movilizarse en torno a una agenda social, política, económica y cultural autónoma, participativa e incluyente; que dé cuenta de la pertenencia a la descendencia africana en Colombia, contribuya al reconocimiento de sus diversas expresiones identitarias y particularidades territoriales, articule una plataforma de actuación concertada y formalice los instrumentos, mecanismos y procedimientos de regulación, toma de decisiones, interlocución y movilización organizada y coordinada.
Con artes de prestidigitadores,  los agentes del gobierno aspiran a controlar y recortar la agenda afrodescendiente del Congreso Nacional Afrocolombiano, mientras las comunidades se encuentran en la disyuntiva de continuar divididas o articular un movimiento étnico fuerte, con agenda propia.  Por eso, más allá de la discusión de la consulta previa, la conformación de la comisión consultiva y la legitimación de piezas legislativas específicas, el momento deliberativo que se escenifica para el pueblo afrocolombiano tiene visos constituyentes en la medida en que se abre la posibilidad de entenderse unitario y actuar de manera concertada, articulando - en torno a un ideario propicio para la incidencia política y la interlocución interinstitucional- a los consejos comunitarios y las diferentes expresiones organizativas asentadas en territorios ancestrales, comunidades campesinas y escenarios urbanos.

Ante la posibilidad de estructurar nuevos espacios participativos, mejores  mecanismos de interlocución y configurar una ruta autonómica que recupere las lecciones aprendidas tras décadas de frustraciones, inversiones mal planificadas, indicadores deplorables, políticas ineficaces, actuaciones desorganizadas, agendas insignificantes e injusticias que se perpetúan; el gobierno tiembla y añora los tiempos en que bastaba concertarse con unos pocos consultivos para alcanzar su cometido. Empero, la comunidad afrodescendiente del país ha ganado una mayor conciencia respecto de lo que significa su participación en el desarrollo social, político y económico nacional; protagonismo evidente ante el agotamiento de las instancias participativas que existieron hasta hace poco en las que se desplegaba la capacidad de cooptación que instaló el gobierno nacional sobre la comisión consultiva y en torno a procesos de consulta previa amañados, venales y, no en pocas ocasiones, adelantados en contravía de las expectativas y necesidades de las mismas comunidades afrocolombianas.

Resulta claro que muchos de los asuntos con los que finalmente se confeccione la agenda política del pueblo afrocolombiano estarán en la misma orbita que la del gobierno e incluso requerirán el establecimiento de procedimientos de interlocución y  concertación con el empresariado y sus gremios. Asuntos como la instalación de la Comisión Consultiva, el perfeccionamiento de la Consulta previa para que efectivamente resulte libre e informada, las urgentes reformas al código minero, la tramitación e implementación de políticas de desarrollo rural y urbano, la transformación de las Comisiones Autónomas Regionales y de otros organismos de protección ambiental y la definición de políticas públicas con sistemas de indicadores diferenciales entran en el circuito en el que, a distintas voces, habrá que encontrar estrategias articuladoras. Dados los antecedentes, resulta cierto que es posible construir puentes entre unos y otros; sin embargo, el punto de partida de lo que se debate asume de modo realista que tanto las prácticas y, sobre todo, los intereses en juego resultan abiertamente incompatibles hoy.

Seguramente, el gobierno nacional esperaría acaparar todos los ámbitos de la discusión en el escenario instalado en Quibdó, como lo ha ventilado hasta ahora en los congresos regionales. Sin embargo, él dinamismo y la fortaleza del movimiento étnico afrocolombiano está en juego y deberá ser probada su capacidad para confrontar críticamente las prácticas y discursos que se han instalado, en buena medida con la complacencia y la mezquindad de algunos liderazgos afrocolombianos, sobre los cuales se cierne un fuerte cuestionamiento.

Si se presta suficiente atención, lo que las voces locales y regionales permiten escuchar es un clamor creciente y tumultuoso, anunciando el porvenir. Sin romanticismos arcaicos, ni especulaciones vanas, el pueblo afrocolombiano aspira a alcanzar ¡por fin! su propia voz; incluso contra quienes, agazapados a su interior, se preparan para exhibir frente al gobierno y el gran capital sus desgastadas rodilleras.

4 comentarios:

  1. Desde luego, este evento está rodeado de muchas expectativas; no sólo la de nuestra Etnia Negra de Colombia; sino de muchas otras personas del país y del Mundo.

    Dios ilumine a nuestra gente para que el evento se desarrolle en medio de la ecuanimidad y la sindéresis; y que las conclusiones colmen esas expectativas mencionadas.

    Igualmente, que sea éste un espacio donde el Estado asuma compromisos estructurales con nuestras comunidades.

    De acuerdo, en juego hay muchas cosas: Nuestros territorios rurales, estructura organizativa o Movimiento Social Afrocolombiano, un proyecto político ambicioso bien hilvanado; en suma, nuestro desarrollo socio-económico.

    Indudablemente, Arleison, esta es una oportunidad de oro que no debemos desaprovechar para que sigamos avanzando en el propósito de encontrar la luz al final del túnel.

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    1. Gracias por tu comentari, Nicolás.

      Completamente de acuerdo contigo en que esta es la hora; mi hermano.

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  2. Excelente exposición y argumentación de los alcances del evento a realizarse próximamente. Asistí a uno de los precongresos y al terminar la jornada me di cuenta de que estaba llena de vacíos por la falta de claridad tanto de las personas que quisieron de alguna manera coordinar el espacio, como de los dirigentes o líderes que nos "guían", de alguna manera se mostraron como siempre, manejando información sólo entre ellos y nos dieron a entender una vez más que así mismo se quiere manejar la participación de nuestra comunidad en los espacios de poder que están en juego y que algunos han podido saborear viciosamente. Es éste artículo un muy buen comienzo para adentrarse en el conocimiento real de lo que se nos viene pierna arriba y su importancia para nuestro futuro como comunidad, política y social. Gracias.

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    1. Comapañero o compañera:
      ¡Gracias por su comentario!

      Con certeza sabemos que esta es la posibilidad de que, más allá de los conciliabulos, concretemos una ruta propia, que lea con osadía lo que se avecina y nuestras posibilidades de enfrentarlo como pueblo étnico.

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Gracias por tu comentario.

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CuestionP Aportes para una teorìa polìtica de la afrodescendencia por Arleison Arcos Rivas se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 2.5 Colombia.

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