domingo, 24 de marzo de 2013

El Alcalde informa, pero la deuda continúa.


Según la presentación de su gestión en el 2012, todo parece indicar que la Administración municipal ha avanzado poco en la inclusión de la población afrodescendiente en Medellín, desconociendo incluso la propuesta de agenda mínima planteada por redes, organizaciones y liderazgos en el proceso de adopción del plan de desarrollo.

Producto de un proceso de consulta y estructuración sin precedentes en la ciudad, la población afrodescendiente organizada participó en sesiones expertas, reuniones, talleres y un foro local auspiciado por el Consejo Territorial de Planeación, produciendo un documento consensuado que, antes que modesto, cifra la atención de la población y de la administración pública en la concreción de una agenda mínima de inclusión afrodescendiente; bajo la premisa de que “las y los afrodescendientes hemos construido caminos de libertad, ahora contribuiremos a hacer de Medellín un hogar para la vida”. Esta agenda plantea los mínimos societales que Medellín debe “incorporar en su plan de desarrollo (e implementar) para incluir a las y los afrodescendientes en la formulación y ejecución de políticas públicas que incidan en la transformación de las condiciones de inequidad que afectan el desarrollo para este grupo humano”.

Reconocida incluso en documentos de gestión adelantados por la Dirección de Planeación Municipal, “es altamente significativa la presencia de la población afrocolombiana en Medellín y es también inocultable que es la población que históricamente ha vivido en los mayores grados de marginalidad y pobreza absoluta, lo cual exige establecer políticas públicas para su atención especial y construir propuestas socioeconómicas que tiendan a elevar su calidad de vida y reivindicarla en sus derechos y dignidades”[1]. La población afrodescendiente estimada en Medellín llega a 236.000 personas, de acuerdo con la más reciente caracterización poblacional disponible[2].

Con tal propósito, recogido íntegramente en el concepto ciudadano previo a la adopción del plan de desarrollo adelantado por el Consejo Territorial de Planeación, se le plantearon a la administración un conjunto de medidas encaminadas a implantar el enfoque étnico diferencial que, en perspectiva de derechos, “pretende situar la tarea del Estado en la eliminación de injusticias convertidas en verdaderas afrentas contra el desarrollo equitativo”; de manera que la ciudad pudiera comprometerse en enfrentar tres grandes retos de inclusión étnica afrodescendiente:

  1. 1.   Transformar las condiciones de inequidad y pobreza para fortalecer los indicadores de desarrollo humano.

  2. 2.   Afianzar el reconocimiento de la diferencia como riqueza intercultural expresada en la vivencia identitaria y cultural afrodescendiente.

  3. 3.   Estructurar sinergias interisntitucionales y relaciones de coordinación institucional que contribuyan al fortalecimiento organizativo y al afianzamiento político institucional afrodescendiente.

Para concretarlos, en la agenda mínima se plantea un plan de acción medible y posible, al cual la administración municipal, infortunadamente, no ha podido responder con suficiencia en los 15 meses recorridos; empezando porque, tal como lo informa la Personería de Medellín, el presupuesto planteado para la incidencia étnica  “es notablemente insuficiente para afrontar con eficacia las difíciles condiciones de subsistencia material y pervivencia cultural”[3]; tanto para atender a población afrodescendiente como indígena.

De hecho, si se advierte la relevancia que se en la agenda mínima se planteo para que se gestara un organismo capaz de coordinar y articular las políticas públicas orientadas al grupo afrodescendiente en la ciudad, una invisible Dirección Técnica refundida en una Subsecretaría bajo la acción de una Secretaría gerenciada por un Vicealcalde que responde ante el Alcalde, da cuenta del carácter marginal, dependiente y abiertamente inconsecuente con el que la administración de Anibal Gaviria ha decidido cumplir su promesa contenida en el programa de gobierno, sin producir cambios ni transformaciones en el tratamiento real de los problemas que afectan directamente a la población afrodescendiente en la ciudad.

La Dirección Técnica de Etnias que hoy existe, refundida en la pesada y compleja maraña administrativa implementada por la Alcaldía de Medellín, nace como un instrumento de la administración local sin incidencia ni protagonismo en la conducción del acceso, cobertura, pertinencia y calidad de los programas y proyectos con los que la administración aspire a impactar los fenómenos de desigualdad e injusticia padecidos especialmente por personas afrodescendientes nacidas, avenidas y residentes en la ciudad. Podría decirse que, recién creada, nació muerta; pese a que figure al frente de la misma una persona que podría darle algún halito gracias a su experiencia en un cargo similar en la gobernación de Antioquia.

Frente a la implementación de la agenda, lo que se observa es su desconocimiento por parte de la administración local, sin que aparezca en el horizonte una luz que permita rastrear acciones de mejoramiento en el tratamiento e incidencia en asuntos étnicos afrodescendientes en la ciudad.

Frente a la atención prioritaria a la población desplazada la deuda continúa. Más allá de los problemas de que constituye una población creciente, producto de las dinámicas del destierro y el desarraigo ejercido en el país especialmente contra la población afrodescendiente, las rutas de tención y medidas de protección implementadas no dan cuenta de un tratamiento integral al problema. A ello se suman procesos de sucesivas reinstalaciones producto de nuevos desplazamientos intraurbanos.

Tímidamente, resulta alentador el que en los listados de sus usuarios la administración busque ahora recoger información diferencial identificando condición de género, pertenencia identitaria y étnica, reconocimiento sexual y generacional. Bien sistematizada, este sería un insumo básico para evidenciar el nivel de incidencia de los proyectos implementados sobre poblaciones específicas. Sin embargo, tal como se recoge dicha información, lo que seguramente ocurrirá es que la administración terminará por justificar acciones emprendidas contra población atendida, sumando poblaciones; sin que dichos programas o proyectos se hubiesen propuesto específicamente impactar condiciones reales de la población afrodescendiente. Este asunto sería necesario abordarlo con mayor afinamiento, mediante la implementación de un sistema de seguimiento diferenciado a indicadores de gestión pública, hoy inexistente.

Tal vez el hito más destacado en la presente administración sea la continuidad dada al proyecto de la exclusión al reconocimiento, recogido ahora por la alianza AMA y financiado por Bizkaia Bilbao, que adelanta acciones organizativas y procesos formativos en algunos asentamientos y barrios con población mayoritaria afrodescendiente, beneficiando directamente a 230 familias. Preocupa sin embargo su dependencia de recursos de la cooperación internacional, así como el que no pretenda ampliar sus niveles de incidencia sobre otras comunas en la ciudad con iguales o mayores índices poblacionales a impactar.

A la espera de la publicación del informe de gestión 2012 del Alcalde Anibal Gaviria, presentado la semana anterior, con el cual podamos contrastar las cifras oficiales y los datos disponibles, aspiremos  a que la administración redoble decididamente sus esfuerzos porque Medellín sea igualmente con las y los afrodescendientes, un hogar para la vida.



[1] Alcaldía de Medellín. Políticas poblacionales para una ciudad diversa e incluyente. Departamento Administrativo de Planeación de Medellín, 2011, p. 81

[2] Alcaldía de Medellín – Convivamos. Condiciones de vida de la población negra, afrocolombiana, palenquera y raizal en Medellín. Caracterización sociodemográfica, desarrollo humano y derechos humanos 2010. 2011. Documento disponible en  http://es.scribd.com/doc/131585240/Caracterizacion-Afro-2011

[3] Personería de Medellín. Informe sobre la situación de los derechos humanos en la ciudad de Medellín, 2012. Disponible en http://www.personeriamedellin.gov.co/documentos/INFORME_D1.pdf Este informe, por cierto, no hace seguimiento especial a la situación de derechos humanos de la población afrodescendiente, apenas enunciada en algunos apartes del mismo.

3 comentarios:

  1. Esa es una prueba más de que los gobiernos nos convocan solo para un cumplido de ley, pero no hay interés real de incluirnos. Sin lugar a dudas, necesitamos fortalecimiento organizativo y movilización masiva.


    Saludo,

    Licher.

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  2. John Jairo Sanchez Alzate30 de marzo de 2013, 7:24

    hola Arleison, de verdad que estos señores Gobernantes quieren desconocer las Ordenes de la Corte frente a las etnias Afros e Indígenas.

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    1. Así estamos, apreciado amigo.
      Indignados ante la desidia de nuestros gobernantes.
      Por eso tenemos que recordar que nuestro pueblo siempre ha luchado, resistido y batallado no para recibir limosnas sino para vivir en libertad.

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CuestionP Aportes para una teorìa polìtica de la afrodescendencia por Arleison Arcos Rivas se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 2.5 Colombia.

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