Según la presentación de su gestión en el 2012, todo parece indicar que la
Administración municipal ha avanzado poco en la inclusión de la población
afrodescendiente en Medellín, desconociendo incluso la propuesta de agenda
mínima planteada por redes, organizaciones y liderazgos en el proceso de adopción del plan de desarrollo.
Producto de un proceso de
consulta y estructuración sin precedentes en la ciudad, la población
afrodescendiente organizada participó en sesiones expertas, reuniones, talleres
y un foro local auspiciado por el Consejo Territorial de Planeación, produciendo
un documento consensuado que, antes que modesto, cifra la atención de la población y de la
administración pública en la concreción de una agenda
mínima de inclusión afrodescendiente; bajo la premisa de que “las y los afrodescendientes hemos construido
caminos de libertad, ahora contribuiremos a hacer de Medellín un hogar para la
vida”. Esta agenda plantea los
mínimos societales que Medellín debe “incorporar en su plan de desarrollo (e implementar) para incluir a las y
los afrodescendientes en la formulación y ejecución de políticas públicas que
incidan en la transformación de las condiciones de inequidad que afectan el
desarrollo para este grupo humano”.
Reconocida
incluso en documentos de gestión adelantados por la Dirección de Planeación
Municipal, “es altamente significativa la presencia de la población afrocolombiana
en Medellín y es también inocultable que es la población que históricamente ha
vivido en los mayores grados de marginalidad y pobreza absoluta, lo cual exige
establecer políticas públicas para su atención especial y construir propuestas
socioeconómicas que tiendan a elevar su calidad de vida y reivindicarla en sus
derechos y dignidades”[1].
La población afrodescendiente estimada en Medellín llega a 236.000 personas, de
acuerdo con la más reciente caracterización poblacional disponible[2].
Con tal propósito, recogido
íntegramente en el concepto ciudadano previo a la adopción del plan de
desarrollo adelantado por el Consejo Territorial de Planeación, se le
plantearon a la administración un conjunto de medidas encaminadas a implantar
el enfoque étnico diferencial que, en perspectiva de derechos, “pretende situar la tarea
del Estado en la eliminación de injusticias convertidas en verdaderas afrentas
contra el desarrollo equitativo”; de manera que la ciudad pudiera comprometerse
en enfrentar tres grandes retos de inclusión étnica afrodescendiente:
- 1. Transformar las condiciones de inequidad y pobreza para fortalecer los indicadores de desarrollo humano.
- 2. Afianzar el reconocimiento de la diferencia como riqueza intercultural expresada en la vivencia identitaria y cultural afrodescendiente.
- 3. Estructurar sinergias interisntitucionales y relaciones de coordinación institucional que contribuyan al fortalecimiento organizativo y al afianzamiento político institucional afrodescendiente.
Para concretarlos, en la
agenda mínima se plantea un plan de acción medible y posible, al cual la
administración municipal, infortunadamente, no ha podido responder con suficiencia
en los 15 meses recorridos; empezando porque, tal como lo informa la Personería
de Medellín, el presupuesto planteado para la incidencia étnica “es
notablemente insuficiente para afrontar con eficacia las difíciles condiciones
de subsistencia material y pervivencia cultural”[3];
tanto para atender a población afrodescendiente como indígena.
De hecho, si se advierte
la relevancia que se en la agenda mínima se planteo para que se gestara un
organismo capaz de coordinar y articular las políticas públicas orientadas al
grupo afrodescendiente en la ciudad, una invisible Dirección Técnica refundida en
una Subsecretaría bajo la acción de una Secretaría gerenciada por un Vicealcalde
que responde ante el Alcalde, da cuenta del carácter marginal, dependiente y abiertamente
inconsecuente con el que la administración de Anibal Gaviria ha decidido cumplir
su promesa contenida en el programa de gobierno, sin producir cambios ni
transformaciones en el tratamiento real de los problemas que afectan
directamente a la población afrodescendiente en la ciudad.
La Dirección Técnica de
Etnias que hoy existe, refundida en la pesada y compleja maraña administrativa implementada
por la Alcaldía de Medellín, nace como un instrumento de la administración
local sin incidencia ni protagonismo en la conducción del acceso, cobertura, pertinencia
y calidad de los programas y proyectos con los que la administración aspire a
impactar los fenómenos de desigualdad e injusticia padecidos especialmente por
personas afrodescendientes nacidas, avenidas y residentes en la ciudad. Podría
decirse que, recién creada, nació muerta; pese a que figure al frente de la
misma una persona que podría darle algún halito gracias a su experiencia en un
cargo similar en la gobernación de Antioquia.
Frente a la implementación de la agenda, lo que se
observa es su desconocimiento por parte de la administración local, sin que
aparezca en el horizonte una luz que permita rastrear acciones de mejoramiento
en el tratamiento e incidencia en asuntos étnicos afrodescendientes en la ciudad.
Frente a la atención prioritaria a la población
desplazada la deuda continúa. Más allá de los problemas de que constituye una
población creciente, producto de las dinámicas del destierro y el desarraigo ejercido
en el país especialmente contra la población afrodescendiente, las rutas de
tención y medidas de protección implementadas no dan cuenta de un tratamiento
integral al problema. A ello se suman procesos de sucesivas reinstalaciones producto
de nuevos desplazamientos intraurbanos.
Tímidamente, resulta alentador el que en los
listados de sus usuarios la administración busque ahora recoger información
diferencial identificando condición de género, pertenencia identitaria y
étnica, reconocimiento sexual y generacional. Bien sistematizada, este sería un
insumo básico para evidenciar el nivel de incidencia de los proyectos
implementados sobre poblaciones específicas. Sin embargo, tal como se recoge
dicha información, lo que seguramente ocurrirá es que la administración terminará
por justificar acciones emprendidas contra población atendida, sumando
poblaciones; sin que dichos programas o proyectos se hubiesen propuesto específicamente
impactar condiciones reales de la población afrodescendiente. Este asunto sería
necesario abordarlo con mayor afinamiento, mediante la implementación de un sistema
de seguimiento diferenciado a indicadores de gestión pública, hoy inexistente.
Tal vez el hito más destacado en la presente
administración sea la continuidad dada al proyecto de la exclusión al reconocimiento,
recogido ahora por la alianza AMA y financiado por Bizkaia
Bilbao, que adelanta acciones organizativas y procesos
formativos en algunos asentamientos y barrios con población mayoritaria
afrodescendiente, beneficiando directamente a 230 familias. Preocupa sin
embargo su dependencia de recursos de la cooperación internacional, así como el
que no pretenda ampliar sus niveles de incidencia sobre otras comunas en la
ciudad con iguales o mayores índices poblacionales a impactar.
A la espera de la publicación del informe de gestión
2012 del Alcalde Anibal Gaviria, presentado la semana anterior, con el cual
podamos contrastar las cifras oficiales y los datos disponibles, aspiremos a que
la administración redoble decididamente sus esfuerzos porque Medellín sea
igualmente con las y los afrodescendientes, un hogar para la vida.
[1] Alcaldía de Medellín. Políticas
poblacionales para una ciudad diversa e incluyente. Departamento Administrativo
de Planeación de Medellín, 2011, p. 81
[2]
Alcaldía de
Medellín – Convivamos. Condiciones de vida de la población negra, afrocolombiana,
palenquera y raizal en Medellín. Caracterización sociodemográfica, desarrollo
humano y derechos humanos 2010. 2011. Documento disponible en http://es.scribd.com/doc/131585240/Caracterizacion-Afro-2011
[3]
Personería de Medellín. Informe sobre la situación de los derechos humanos en
la ciudad de Medellín, 2012. Disponible en http://www.personeriamedellin.gov.co/documentos/INFORME_D1.pdf
Este informe, por cierto, no hace seguimiento especial a la situación de
derechos humanos de la población afrodescendiente, apenas enunciada en algunos
apartes del mismo.
Esa es una prueba más de que los gobiernos nos convocan solo para un cumplido de ley, pero no hay interés real de incluirnos. Sin lugar a dudas, necesitamos fortalecimiento organizativo y movilización masiva.
ResponderEliminarSaludo,
Licher.
hola Arleison, de verdad que estos señores Gobernantes quieren desconocer las Ordenes de la Corte frente a las etnias Afros e Indígenas.
ResponderEliminarAsí estamos, apreciado amigo.
EliminarIndignados ante la desidia de nuestros gobernantes.
Por eso tenemos que recordar que nuestro pueblo siempre ha luchado, resistido y batallado no para recibir limosnas sino para vivir en libertad.