miércoles, 7 de agosto de 2019

Afrodescendientes soldados, navegantes y lanceros: héroes de la independencia

Las gestas bicentenarias, pálidas en su conmemoración de 2019, no han hecho suficiente mérito en la brega revolucionaria a sujetos de un grupo humano fuertemente marcados por su ascendencia afrodescendiente, que pelearon armados como soldados, navegantes y lanceros, y cuyo impulso y fragor contribuyó decididamente a definir los rumbos de la independencia, la poscolonialidad americana y las posteriores dinámicas republicanas. 

No sólo por su abultada presencia, cuyo número creció para los momentos definitorios en los que los ejércitos independentistas se vieron en la necesidad imperiosa de acrecentar la refriega contra las fuerzas de la reconquista española, sino además por sus marcados triunfos en cada batalla de la que participaron; resulta incomparable el aporte de las y los descendientes de africanos que hicieron parte de la hazaña revolucionaria victoriosa en 1819 y en las últimas batallas para la derrota y expulsión definitiva de los peninsulares, como en la feroz Batalla de Ciénaga de 1820. 

Desde los primeros actos de superación de la retórica autonómica y condensación de la práctica independentista, entre la década del 80 del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, podemos contar a esclavizados, autoemancipados, libertos y nacidos libres entre aquellos comuneros, forajidos, hostigadores y soldados que fomentaban la permanente agitación política por todo el territorio de lo que llegó a ser Colombia; como un eco permanente de la inusitada revuelta de afrodescendientes haitianos. Con tales manifestaciones embrionarias, “la ciudadanía afroamericana se empieza a construir desde el rechazo y se ejerce desde el levantamiento y la protesta, incluso armada y violenta”. 

Más aun, entre 1810 y 1815 nos encontramos compañías y batallones enteros en los que el nutrido número de combatientes y auxiliadores del ejército adeuda reconocimientos a quienes fueron identificados por su vigor, heroísmo y dedicación a las mortales faenas de la guerra y a los primeros brotes emancipadores como en la Cartagena de 1811 a 1815 en la que luego serían asesinados por decenas quienes resistieron la andanada de Morillo. 

Sin embargo, ante las disputas intestinas por las boberías, golosinas y repartijas entre los criollos ávidos de poder y acumulación de riquezas que propiciaron la reconquista, el proyecto libertario afrodescendiente acrecentó la agitación en territorios mineros y haciendas en las que el esclavismo no parecía ceder. De ahí que se cuenten por doquier los relatos de arrochelados, apalencados, macheteros, fugados, y autoemancipados que, tras el desgano provocado por la perpetuación de la esclavización, se dieron a la tarea de hacerse libres a cuenta propia y pese a todos los riesgos que ello implicara, incluso provocando el terror y la muerte del amo blanco (y por esto se los encuentra algunas veces también como apoyo a las fuerzas de reconquista de Morillo) y la permanente zozobra e insurrección en el contexto poscolonial emergente. 

En la fase final del proceso independentista, considerado entre 1817 y 1820 se sucede una masiva incorporación de esclavizados con promesa de libertad por batallar, libertos amenazados con ser esclavizados de nuevo al no contar con fuentes de subsistencia y “libres de todos los colores” reclutados a lo largo y ancho del territorio nacional, especialmente de la región Pacífica, de los valles interandinos incluida Antioquia y las tierras regadas por el Cauca. No por el prejuicio de que fuesen “hombres robustos y fuertes acostumbrados a la inclemencia y a las fatigas” sino por el manifiesto reconocimiento a su motivación para alistarse como hombres “que vean identificada su causa con la causa pública”, el llamamiento de Bolívar magnifica el número de descendientes de africanos en las filas independentistas, así como en su comandancia. 

Las figuras de Tomás Pérez, Manuel Piar, Juan José Rondón, Prudencio Padilla, Miguel Montalvo entre tantas otras descuidadas por los cronistas oficiales, sobresalen por su heroísmo y vital participación en momentos determinantes de la gesta de independencia, a punto que Santander trama y Bolívar ordena varios juicios sumarios y fusilamientos de quienes, conquistada la victoria contra España, habrían emprendido levantamientos forzosos en procura de la libertad de los hijos e hijas de África, tras la burla perpetrada por los hijos de españoles en América; estableciendo una tensión étnica entre Hispanía y Africanía hasta hoy no resuelta sobre el territorio colombiano. 


Documentos de referencia 

Angel, Miguel (2012). La guerra de independencia y los negros en Colombia. Revista Semana. 
Arcos Rivas, Arleison (2014). Ser como ellos: Esclavización, cimarronaje y republicanismo en el siglo XIX en Colombia. Medellín, Colectivo de Investigaciones Afrocolombianas. 
Arcos Rivas, Arleison (2011). La multitud de libres y de todos los colores. Diálogos de Derecho y Política. N° 6. Universidad de Antioquia. 
Blanchard, Peter y Cecilia Ryder (2012). Los soldados-esclavos y las Guerras de Independencia en Hispanoamérica. Revista Guaraguao. Año 16, No. 39, pp. 25-48. 
Chaves Bustos, Mauricio (2011). Esclavos y negros en la independencia. Bogotá. Revista Credencial historia. 
Mosquera Mosquera, Sergio (2010). Descendientes de africanos en las independencias. Quibdó, Muntú Bantú. 
Pita Pico, Roger (2012). El reclutamiento de negros esclavos durante las guerras de Independencia de Colombia. Bogotá, Academia Colombiana de Historia.

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