sábado, 30 de octubre de 2010

¿Sexualidad obligatoria?

Un nuevo debate empieza a tomar forma en el país, enfrentando, por ahora, a quienes afirman que la culpa de que nuestros y nuestras adolescentes se embaracen y se hagan padres y madres a corta edad es de la escuela frente a quienes, en otra orilla, prefieren leer de manera compleja los asuntos de la educación para la sexualidad y los dilemas asociados a su vivencia.


Muy seguramente estén bien intencionados quienes quieren agregarle una nueva asignatura; ¡otra!, al abigarrado currículo colombiano, en el que diferentes disciplinas, campos conceptuales y rumbos epocales se disputan 20, 25 o 30 horas de la jornada escolar, convertida en un vademécum para la infinidad de los problemas societales del presente. Sin embargo, la pregunta que una cátedra obligatoria no responde es si ese es, efectivamente, el remedio para el síntoma que pretende enfrentar.


La mirada más banal al asunto de la sexualidad adolescente se reduce a contar con una cátedra obligatoria cuyos contenidos informen y den cuenta de los temas fundamentales de la salud y del proceso biológico, evolutivo y médico asociado a la vida sexual. Quienes perfilan aquí sus intereses, han venido alertando en torno al alto número de embarazos que, a las escandalosas cifras de hoy, convierten en madres a más del 20% de las adolescentes del país.


Para otros, si bien los y las adolescentes son sujetos de derechos sexuales y reproductivos, corresponde a un profesional especializado en el tema aportar información, consulta y medicación requerida por las y los escolares, para lo cual se proveería a las instituciones educativas de una cátedra obligatoria en salud sexual integral, situando a la escuela como un apéndice del sistema de salud pública y al embarazo adolescente como una especie de enfermedad social que debe remediarse transformando a las escuelas en clínicas. Al parecer, el proyecto del representante Simón Gaviria y de la Red Colombiana de Jóvenes Líderes en Salud Sexual Reproductiva pone ahí su interés.


En otra perspectiva, el Programa de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía, PESCC, auspiciado por UNFPA y desarrollado por el Ministerio de Educación, en articulación ahora con el Ministerio de la Protección Social, se sitúa en una perspectiva educativa que transversaliza la lectura autobiográfica de la propia sexualidad, en la cual las decisiones, opciones y orientaciones sexuales se sitúan en el marco de la realización del propio proyecto de vida; al tiempo que se promueve la inclusión de la ciudadanía como relato en el trasfondo de tal proyecto.


Además de que la escuela se convierte en un escenario amorfo en el que cabe toda receta para abajar las alertas múltiples y diversas detectadas por los diversos operadores en relación con las situaciones y problemáticas sexuales de los que son protagonistas los y las adolescentes, lo que debería importar realmente en el país sería producir las claves societales, los acuerdos y los dispositivos con los que una persona de poca edad, pueda tomar sus decisiones cuando pueda y cuente con la suficiencia moral para que ello ocurra.


Un embarazo adolescente o a destiempo no sólo es un problema de política pública sino un dilema societal de amplio espectro que refleja hasta dónde se afecta una vida humana a consecuencia de la inacción estatal, de la indiferencia societal y de la impericia emocional. El problema real entonces, resulta siendo la concepción de la adolescencia y la juventud en una sociedad política nacional y la manera como se procesan las demandas tanto del resto de la sociedad como las propias planteadas por los y las adolescentes.


La tarea nacional en torno a la sexualidad y la educación de las y los ciudadanos, si bien pasa por las aulas escolares, las desborda. Incluso si se piensa que las acciones públicas para promover derechos sexuales y reproductivos y acciones para su garantía puedan adelantarse con sinergias intersectoriales, queda la pregunta por la complejidad operativa del aparato estatal, precariamente abierto a la concertación de acciones y la apropiación de recursos interdependientes.


De hecho, el modelo de acción estatal centralista y burocratizado dificulta tal propósito de acción mancomunada, privilegiando metas e indicadores de impacto atomizados y fragmentarios que pretenden impactar en proporciones aceptables dinámicas sociales, culturales, etarias y socioeconómicas que pasan por la escuela, sin adentrarse en las particularidades escolares y los requerimientos para que satisfaga de la mejor manera posible su labor cultural, social y política.


Finalmente, sin caer en el equívoco de insistir en que le preguntemos a las y los adolescentes, siendo que la pregunta la debemos contestar en todos los escenarios, deberíamos incluirles en la construcción de alternativas efectivas que no sólo cuestionen prácticas de riesgo abiertamente irresponsables y manejo selectivo de la información que les está disponible, sino que aborden y resignifiquen las expresiones autónomas de su propia sexualidad, los asuntos de la diversidad sexual, la disponibilidad de métodos y medicamentos en el sistema de salud y las comprensiones societales en torno a la infancia, la juventud y la adultez, hoy en cuestionamiento.


Si la cátedra obligatoria finalmente va o no a las aulas, insisto, no es el principal problema sino hasta donde resulta insuficiente frente al actual proyecto emprendido por el MEN que transversaliza los hilos conductores del PESCC, compartiendo entre docentes, estudiantes, operadores en salud y familia la responsabilidad de educar en la autonomía y en el desarrollo de la libertad, tal como vienen proponiéndolo diferentes experiencias que se adelantan, con éxito, en el país.


----


PD: ¿Será que si la cátedra se hace obligatoria, reprueba el niño que se hace padre o la niña que se embaraza? Al, final; un hijo es tu decisión, no tu destino ni tu obligación.

2 comentarios:

  1. Apreciado Arleison: Qué bien tu interés por generar estos espacios de reflexión para seguir construyendo proyectos pedagógicos con sentido.

    ResponderEliminar
  2. Diego, gracias por tu comentario. Aquí estamos.

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario.

Licencia Creative Commons
CuestionP Aportes para una teorìa polìtica de la afrodescendencia por Arleison Arcos Rivas se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 2.5 Colombia.

Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en arleisonarcos@gmail.com.