Deuda étnica en los gabinetes de gobierno

Estoy poseído por un impulso de tocar las nubes
Niyi Osundare

Una vez presentados los nuevos gabinetes, lo sorprendente no es la ausencia de afrodescendientes en los gobiernos locales de las grandes ciudades. Lo realmente espeluznante es que pareciera persistir la intención de no contar con afrodescendientes en dichos gobiernos, pese a que la reciente encuesta de LAPOP[1] indica que los colombianos, frente a otras nacionalidades, tienen actitudes menos prejuiciadas hacia las y los afrodescendientes y que incluso una porción significativa de colombianos vería bien tener un jefe afrodescendiente. 

Reconociendo los muy notorios avances en la designación de 17 mujeres de reconocida valía y trayectoria al frente de diferentes dependencias públicas en la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, destaca el hecho de que ninguna de ellas sea afrodescendiente y que, junto a ellas, no haya un solo secretario afrodescendiente responsable de carteras en el departamento o en la capital antioqueña.

Frente a esta ausencia intencional y manifiesta, el caso de visibilización y empoderamiento más emblemático en el país lo constituye, sin duda alguna, el nombramiento del académico y estudioso Carlos Augusto Viáfara como Secretario de inclusión para la población Afrodescendiente en la Alcaldía de Cali, cuyos análisis económicos han aportado buena parte de los indicadores poblacionales afrodescendientes para el Valle y el país. De igual manera, resulta plausible el nombramiento de la etnobióloga Sandra de las Lajas Torres como Secretaria de Cultura  y la Magister María Helena Quiñonez Salcedo, ratificada como Secretaria de Desarrollo Territorial y Bienestar Social de Cali; nombramientos a los que se suman los de Jesús Rodriguez en Asuntos Étnicos, Hector Copete en Planeación y Diego Hurtado en la Secretaría General de la Gobernación del Valle.

Más allá del Valle, todo es desierto. De hecho, sumadas las designaciones en las tres principales ciudades del país, dos secretarios y una secretaria pueden contarse como afrodescendientes; dos en Cali y uno en Bogotá.

En Medellín, ninguno de los secretarios o secretarias pertenece a este grupo étnico, aunque el alcalde Anibal Gaviria prometió en su campaña que atenderá los asuntos étnicos afrodescendientes presentando un organismo de mayor capacidad en su administración, llevando lo que hoy es un proyecto en la subsecretaría  de cultura ciudadana a un sitial que abra posibilidades reales a la implementación de políticas públicas étnicas diferenciadas para la satisfacción de derechos de la población afrodescendiente nacida, avenida y residenciada en Medellín. Está por verse cual sea el nivel que finalmente se asigne a tal organismo y quien lo presidirá, una vez sea presentado el plan de desarrollo y la propuesta formal sea discutida en el Concejo de la ciudad.

En el Departamento de Antioquia, las cosas no son mejores. Si bien Sergio Fajardo puede contar a Luís H. Berrio como su Secretario Privado, quien ya le había acompañado como su asistente personal en la Alcaldía de Medellín, pasma el enterarse de que su gobierno eliminará la Gerencia de Comunidades Negras, sin que se haya confirmado o no la creación de una nueva dependencia con mayor prestancia, como la esperan sus seguidores y votantes afrodescendientes.

Pese a tan manifiesta intención, por lo pronto en su gabinete no le acompaña un solo afrodescendiente, en una ciudad en la que por lo menos 226.000 personas se reconocen como pertenecientes a este grupo étnico. Excepto por la ratificación de Mauricio Mosquera Restrepo como Gerente del canal Telemedellín, los afrodescendientes con liderazgo público en la administración municipal están por verse.

De manera especial y simbólica, la elección del periodista afrodescendiente Campo Elías Terán se convierte en una victoria nacional, como quiera que Cartagena suele ser reconocida como una ciudad inequitativa en la que una clara línea de color suele expresarse en sus eventos y certámenes, en su vida cotidiana y en la administración pública; como lo reconociera la exalcaldesa Judith Pinedo a propósito de la celebración bicentenaria. 


En Bogotá, el Abogado Eduardo Noriega, quien fuera viceministro de la juventud y comisionado de televisión, destaca como Secretario General de la administración Petro. 

En este coro de ausencias prolongadas por mucho tiempo, crecen las preguntas por la capacidad y el nivel de incidencia política de las y los afrodescendientes y sus organizaciones en las grandes ciudades del país pues, constituida como una masa de votantes amorfa e indefinida, la población afrodescendiente desaprovecha su caudal electoral y su potencial movilizatorio para generar oportunidades reales de protagonismo en la conducción de lo público, eligiendo autoridades pertenecientes a su propio grupo étnico (sólo dos  Alcaldes, uno de ellos raizal en Providencia y una Alcaldesa afrodescendientes en las 32 capitales de departamento) o, por lo menos, incidiendo en la designación de figuras prestantes que le sean propias, con iguales o mayores méritos y formación que les hagan visibles ante quienes tienen la capacidad para producir tal nominación.

Más aun, no se trata de que se impongan nombramientos artificiosos, obligados, cumplimiento con cuotas o reparto de privilegios; sino de enfrentar radicalmente las condiciones que sostienen las fronteras del mando y la obediencia, abriendo espacios para la asignación de roles de direccionamiento a aquellos que han sido dejados al margen de los mismos por razones diferentes a las de su capacidad.

De hecho, si lo que se duda es que exista un significativo número de afrodescendientes que en cada ciudad y departamento sean competentes para presentarse a tales sitiales, bien vendría proponerse el fortalecimiento de una escuela de gobierno y gestión pública que, vinculada a la experticia de la ESAP y de otras instituciones de educación superior, coordine programas de pregrado y posgrado orientados a mejorar la capacidad de gobernar para las y los afrodescendientes que aspiren y pueden hacer parte de los diferentes gobiernos locales, así como en el nivel central en el que, ya se ha dicho, también la monocromía domina la designación de los gabinetes de gobierno.

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[1] LAPOP: Latin American Public Opinon Project, del Barómetro de las Américas y Universidad Vanderbilt. Ver el estudio para los años 2010 - 2011 en http://www.vanderbilt.edu/lapop/colombia/2011-Colombia-Cultura-politica-de-la-democracia.pdf